Capítulo anterior:
Él me miró a los ojos directamente, con esa mirada verde que mataba.
- Lo que te dije ayer sobre nunca dejarte ir, iba muy enserio señorita, hazte a la idea.
- Creo que no me va a costar nada de nada.
Capítulo 33:
Ahora que nuestras miradas estaban conectadas, ahora que habíamos dejado atrás nuestros miedos, ahora que habíamos abierto nuestros corazones por completo, todo parecía más sencillo.
Nos acomodamos en el sofá, cuerpo con cuerpo para compartir nuestro primer desayuno juntos mientras sonrisas cálidas coqueteaban la una con la otra. Estar junto a él, como si nos conociéramos desde siempre era un verdadero misterio. Sabía que eso era amor, por qué en ese instante habría dado mi vida por aquel chico sentado junto a mí.
- Carol, no quiero forzarte pero no puedes huir siempre, debes hablar con tu padre.-
- ¿Me estás echando de tu casa Harry Edward?
- ¡No! No, por el amor de Dios, ya sabes que la puerta está siempre abierta para ti, pero simplemente me refería a que tendrás que enfrentarte tarde o temprano a la realidad.
- Sí, lo sé. Como a la realidad de que tu y yo no podemos estar juntos.
Su mirada se acentuó, y su boca se curvó en una mueca. Era verdad, él, una súper estrella internacional, no podía verse involucrada emocionalmente con una chica tan simple como yo, que además había estado liada con uno de sus mejores amigos que formaba parte del grupo en el que cantaban.
- He estado pensando en esto y no es tan terrible.-
- No claro que no, solo que tu eres famoso y yo no valgo nada y además me lié con tu mejor amigo con el que trabajas cantando.
- ¿Cómo que no vales nada? Eso es mentira señorita, además, quedaría como un rey con una chica tan perfecta como tu de novia.
- Ñoñeces... ¿y con Zayn, que sugieres?
Se quedó pensativo un momento, después se acercó a mi y depositó un suave beso en mis labios, lo que me dejó con ganas de más.
- Dos palabras: relación secreta.
- Bien, me dices que me enfrente a mis problemas y tu te escondes de ellos, muy bonito.
- No hombre, solo lo mantendríamos en secreto durante un tiempo, hasta que lo nuestro se estabilice y lo de Malik se enfríe.
- Entonces, ¿lo nuestro va enserio?
- Tan enserio como mis rizos.
Y dicho esto nos acercamos para sellar nuestro “nosotros” con un beso más de nuestra pequeña colección.