martes, 13 de marzo de 2012

Gotta be you, capítulo 30

Capítulo anterior:

Mis palabras eran un suspiro, casi inaudible, después de eso agarré mi bolso con fuerza y corrí escaleras arriba, hacia mi habitación, para encerrarme y no salir nunca más. Me quedé allí, sentada en el suelo, temblando y lloriqueando por la impotencia que sentía en esos momentos. No podía más, no podía seguir allí por mucho tiempo, quería irme pero no tenía donde ir. Sam estaba de viaje, y Amy y Lucas habían salido. No tenía verdadera confianza con nadie más. Pensé en Liam pero debía haber salido con Danielle, su novia, así que agarré de un tirón una muda y mi neceser, para desaparecer por mi ventana e irme a casa del chico que amaba. 

Capítulo 30:

El frío de una noche fresca en Londres se hacia visible mediante pequeños escalofríos. Me abracé a mi misma para dejar de temblar. Sentía una mezcla entre la tristeza y rabia. Sabía que no debía afectarme tanto que mi padre rehiciera su vida con alguien diferente a mamá pero, que no me hubiera dicho ni una palabra de ello, hacia trizas la poca confianza que había ganado en el. Había recorrido media Europa para poder recuperar el tiempo perdido con el, cosa que no iba marchando bien debido a su constante ausencia en casa. Claro, ya entendía que tuviera tanto “trabajo”.  Su trabajo era ocupar el tiempo que debía invertir en mi con esa mujer. Las lágrimas seguían bañando mi cara, mientras yo aceleré el ritmo. Sin darme cuenta ya me encontré delante del complejo en el que vivía One direction. Me arrepentí ligeramente de haber ido hacia allí, no sabía como reaccionaría Harry al verme aparecer en su casa. Pero si todos se habían ido, y los otros chicos estaban ocupados, no tenía más opción que aquella, así que toque al timbre, con el temor de no ser escuchada. 
  • ¿Dígame?
  • Harry, soy Carol...
  • ¿Carol? ¿Te ha pasado algo?
Su voz sonaba a preocupación, supongo que por lo rasposa que sonaba yo después de llorar como lo había hecho. 
  • No, solo que... ¿puedo pasar?
  • Claro, te abro ya mismo.
Entre despacio, hacia el apartamento, con cuidado. Empecé a marearme, no me sentía bien. Vi a Harry en la puerta de su loft con el ceño fruncido. Enseguida que se dio cuenta de que estaba llorando, corrió, haciendo desaparecer los pocos metros que nos separaban invitándome a lanzarme a sus brazos. Solo lo abracé y ya note la descarga eléctrica que sufría mi cuerpo al sentirlo cerca. Lloré y lo agarré, para no dejarlo soltar nunca. 
  • Carol, se puede saber que te ha pasado...
  • Harry, mi padre, está con otra y...
No podía ni siquiera acabar la frase y explicarle todo con calma. 
  • Ven, vamos a dentro. Dios mio, estás helada! Ven, estaba tomando chocolate caliente.
Nos sentamos en el sofá y mientras nos tomábamos el chocolate, le solté todo lo que pasaba a Harry. El escuchó con atención, sin interrumpir, estando pendiente de mi a todo momento. No sabía como iba a agradecerle todo aquello. 
  • Tranquila, entiendo que te sientas así, al principio, cuando mi madre y mi padre se separaron, pude sobrellevarlo bastante bien, pero cuando empezaron a salir con otras personas, me di cuenta de que ya estaba todo perdido y..
  • No Harry, eso no me molesta, lo que me jode es que no confió en mi, que me mintió, que dejo de pasar tiempo conmigo para estar con ella y yo...
Me calló con un abrazo y me dejó tranquilizarme en sus brazos. Ya no lloraba, si no que substituí mi llanto por una pequeña sonrisilla que el me había sacado. 








(Chicas! se que és un capítulo corto pero como llevaba mucho sin subir he pensado en dejaroslo para que vayais leyendo. Siento mucho dejarlo tan abandonado pero ahora me comprometo a ir actualizando muy seguido! os quiero de verdad!)

domingo, 4 de marzo de 2012

"I can be your superman", capítulo 18

El color del semáforo se volvió rojo, en un instante en el que el ronroneo de los coches llenó el ambiente cargado de tensión por la carrera. Todos parecíamos querer alzarnos con el triunfo. Apreté el acelerador con insistencia mientras maldecía a Liam por haberme distraído segundos antes y haberme retrasado en la salida. Era un circuito cerrado, el cual me sabía de memoria, no fue difícil sorprender a los novatos y alcanzarlos en poco tiempo. Me sentía viva y bien. Apreté aún más el acelerador y provoqué al coche que tenía delante, al mismísimo Payne. Unas vueltas más y eso ya sería mío. Daniel sin duda iba el segundo por detrás del chico al que amé. Me dejó adelantarlo en un intento de caballerosidad. Apreté más el acelerador con mis deportivas y dejé que la velocidad se apoderara de mi. De repente, recordé momentos en los que mi sonrisa había sido la de siempre, junto al chico al que quería, Liam. mi mente se colapso y mi coche se detuvo en medio de la pista. Me quedé con la mirada perdida viendo como se alejaba de mi una vez más. La velocidad de los coches cruzando por mi lado me hizo reaccionar. Cuando ya todos estaban muy por delante y yo me quedé atrás, estacioné el vehículo a un lado de la pista y salí corriendo de allí. Era una estúpida por pensar que algún día volvería a sonreír con aquella dulzura de antes. No quería ver a nadie, quería desaparecer, una vez más. Volvía a sentirme cobarde, pero no podía hacer nada contra ello. Ya no merecía la pena volver a ver lo bien que lo pasaban ellos, lo bien que le iba todo sin mi. Me cambié y me volví a poner mi ropa. Con la que salí corriendo hacia el lugar al que iba cuando necesitaba desconectar. Por suerte sabía que la playa, siempre estaría allí para sujetarme cuando me cayera. Sentarme en la pasarela de madera mientras las olas se desvanecían en la arena era una sensación agradable, al menos me permitían divagar por mis sentimientos más profundos. 
  • Hermosa. 
Esa voz rasposa, no me tranquilizó en absoluto. 
  • ¿Donde queda el paseo en moto por la playa que me prometiste?
  • Otro día Lou.
No vaciló en sentarse junto a mi y rodearme con sus brazos musculosos. Apoyé mi cabeza en el hueco de su cuello, aspirando su loción. 
  • ¿Estás así por lo de tu ex?
  • Sí.
  • Tranquila, el tiempo sana las heridas.
  • No todas Louis, esta herida hace demasiado que me acompaña, me impide dormir tranquila, o siquiera sonreír.
  • Pues no debería.
Nos dedicamos a contemplar el océano, el horizonte era una fina línea que dibujaba la eternidad. Ahora que lo peor había pasado, necesitaba soltar ese peso, abriéndome a alguien.
  • Lou, tu no sabes nada de lo que pasó com Liam ¿verdad?
  • ¿Es que paso algo con el?
  • Liam es el chico por el que sufro, el y yo estuvimos juntos antes de la locura de la fama.
  • Vaya, cuesta de creer.
  • ¿Por qué?
  • El nunca nos habló de ti.
Aquí si que ya no supe que decir, mi coraza acabó de diluirse del todo mientras iba asimilando lo que el chico me había dicho. Liam no habló nunca de mi por qué no signifiqué nada.
Bien, perfecto. Ahora tenía claro lo que tenía que hacer.
  • Louis, dime algo, ¿te gusta lo que ves?
El dirigió su vista al mar, y suspiró.
  • Si, la costa es preciosa.
  • No me refiero al paisaje tonto.
Entonces agarré el cuello de su camisa y lo acerqué a mi para besarlo, como la última vez.