domingo, 26 de febrero de 2012
Lo siento amores
Chicas, creo que debo disculparme seriamente, se que llevo mil años sin actualizar, pero entre exámenes i problemas familiares se me hace imposible subir capítulo, os ruego paciencia. Lo más pronto posible os subo un buen capítulo. Os quiero.
lunes, 13 de febrero de 2012
Gotta be you, capítulo 29
Capítulo anterior:
Canté dejándome la voz todas sus canciones, y no pude evitar sentirme celosa cuando Niall, en la canción de “Everything about you” hizo referencia a la chica rubio de ojos azules sentada a mi lado, Sam, dedicándosela a una gran amiga a la que quería un montón y a la que deseaba decirle cuanto le gustaba. Sin duda era el chico más atento del mundo, Sam se derritió al oír eso. ¿Algún día Harry llegaría a hacer algo así por mi? Claro que no tonta, el es Harry Styles y tu solo una fan más.
Capítulo 29:
El concierto fue una de las experiencias más bonitas que podría haber deseado. Sin duda, llevaba conmigo un gran recuerdo de todo el concierto y una sonrisa especial. Al finalizar, nos prohibieron entrar a ver a los chicos, debían hacer una entrevista y cosas de famosos por eso mismo Sam y yo nos fuimos a mi casa. Hicimos una fiesta pijama ella y yo, recreando los momentos que habíamos compartido, volviendo a ver cada una de las fotos y emocionándonos al recordar el detalle de Niall. No tardamos en quedar rendidas, teníamos unos días de fiesta, y Sam iba a irse esa misma mañana a primera hora embarcándose en unas pequeñas vacaciones familiares. Mis planes eran simples, quedarme en casa y salir si acaso con Amy o con Lucas. Cuando mi mejor amiga se fue, me quedé sola en casa, iban a ser un par de días solamente, pero empecé a sentirme sola. Como ya era de esperar el tiempo que pasaba con mi padre, no superaba a los minutos en los que cenábamos juntos y alguna que otra película que compartíamos. Eso me permitía dedicarme a hacer toda la tarea, a ensayar con mi guitarra y a revisar el correo y los mensajes de mi familia en España. Cuando ya había quemado todos los cartuchos de cosas pendientes por hacer, Lucas me llamó, invitándome a cenar con el, Amy y otro grupo de amigos del instituto. Me apetecía ir con ellos aunque no conociera a los demás a duras penas, si quería sobrevivir en Inglaterra debía tener un círculo más grande de amigos. Cenamos en Nandos, vi fotos colgadas en la pared de la banda one direction en el local, sin duda la sombra de los chicos me seguía y me obligaba a recordar que probablemente estaba enamorada del rizitos del grupo. La gente era simpática, pero de otro mundo. Aquí la gente lucía ropa diferente y se comportaba como tal, diferente. No me desagradaban pero decidí encerrarme un poco con Amy y con Lucas, ya que compartía más cosas con ellos que con los demás.
- ¿Que tal fue el concierto ricura?
- Bien Amy, supongo que Sam te contó de lo suyo con Niall.
- Oh si! estoy súper feliz por ella! en cambio a ti se te ve más apagada...
- Nada, nada, no es nada.
- ¿Seguro?
- Tranquila.
Lucas también me atormentó con sus preguntas, y una chica pelirroja me dejó seca de todas las cosas que tuve que contarle, sin duda “amaba a Zayn” y me pidió 1.000.000 que le presentase al bombón, no me gustaba esa chica para mi Zayn así que simplemente le recordaba lo difícil que sería eso. Cuando nos despedimos decidí ir caminando sola a casa, no estaba de ánimos como para seguir aguantando a todos esos adolescentes cargados de hormonas que estaban decididos a salir de fiesta en algún que otro pub. Llegué a mi casa más temprano de lo que advertí a mi padre, y ahí fue cuando me derrumbé.
Tardé unos pocos segundos en encontrar la llave, hacía mucho frío así que con un movimiento fuerte y compacto abrí la puerta encontrándome con algo del que nunca me tendría que haber encontrado. A mi padre, besándose apasionadamente con una mujer morena, de piel tostada por el sol y facciones finas. Se me cayó el bolso de la impresión, causando un estruendo digno de atención, y encontrándome con una mirada suplicante de mi padre y una mirada confusa de esa señora. Mi cara debía ser un poema.
- Carol... llegas temprano...
- ...
No pude articular palabra, estaba asombrada, pero ese asombro no tardó en transformarse en furia, rabia i tristeza, todo mezclado formando un nudo en mi estómago. No me molestaba que mi padre hubiera rehecho mi mida después de dejarlo con mi madre, no me molestaba que fuera feliz con otra mujer... lo que me decepcionaba y enfurecía era que me lo hubiera ocultado. Ya entendía por qué llegaba tan tarde, por qué pasaba tan poco tiempo conmigo, por qué estaba con ella. Me había substituido, no solo a mi madre, si no que a mi, su hija, también.
- Carol, por favor... déjame explicarme... ella es...
- No, no digas nada.
Mis palabras eran un suspiro, casi inaudible, después de eso agarré mi bolso con fuerza y corrí escaleras arriba, hacia mi habitación, para encerrarme y no salir nunca más. Me quedé allí, sentada en el suelo, temblando y lloriqueando por la impotencia que sentía en esos momentos. No podía más, no podía seguir allí por mucho tiempo, quería irme pero no tenía donde ir. Sam estaba de viaje, y Amy y Lucas habían salido. No tenía verdadera confianza con nadie más. Pensé en Liam pero debía haber salido con Danielle, su novia, así que agarré de un tirón una muda y mi neceser, para desaparecer por mi ventana e irme a casa del chico que amaba.
viernes, 3 de febrero de 2012
"I can be your superman", capítulo 17
Capítulo anterior:
- ¡Natalia! Que... sorpresa.
- Sí...
Evidentemente me encontré con los ojos castaños chocolate que intentaba evitar a toda costa, el seguía allí mirándome mientras yo tenía el debate interior de cual era la mejor reacción en tal situación.
Capítulo 17:
Mis ojos se desviaron rápidamente hacia el suelo, y un rubor se apoderó de mis mejillas rosadas. Parecía una boba enamorada, de su primer príncipe azul. El siguió mirándome mientras Daniel rodeaba mis hombros con suavidad.
- Princesa ¿que pasa?... ¡Liam! Ven a darme un abrazo tío, cuanto tiempo...
Y así, en unos simples instantes me fugué de aquella situación incómoda dejando que Daniel se llevara a mi miedo para dejarme tiempo de reaccionar y pensar. Pero no me fue muy fácil, por que el chico hermoso de ojos azules y brillantes que conocí hace una semana ya se me había acercado a entablar conversación.
- Hola, ¿como te va?
- Bien, bastante bien, hey ¡tu eres el chico que estaba para servirme!
- Si, si soy yo...
Ahora era yo la que sonreía abiertamente y el el que había adoptado un color rojizo por la vergüenza.
- Oye, no quiero ser indiscreto pero... ese de ahí... ¿es tu novio?
- ¿Quien, Daniel?
- Ajá.
- Que dices loco, el es como mi mejor amigo, nada de eso de novio.
- Ah, entonces, ¿estás disponible?
- Estás de suerte ¿sabes? justo ayer rompí con mi chico.
- Vaya, lo siento...
- Si, seguro que lo sientes.
Mi exclamación irónica lo dejo sorprendido, no me gustaba que sintieran pena por mi, después de haberme convertido en el centro del universo y en el punto de mira cuando mi novio que audicionaba para “X factor” me dejó, prefería mostrarme fría e indiferente, que en realidad era lo que más deseaba en el mundo, que esas emociones no me afectaran, pero era humana y el recuerdo amargo de la ruptura con Pol me dejaría ese sabor agridulce durante una larga temporada. Por suerte tenía a Ani para ayudar a apaciguar todo el dolor, a mi amigo Daniel que seguía conversando animadamente con Liam y parecía que iba a tener a ese chico dulce y atento para mi. Sonreí de inmediato, ese chico era guapo y me gustaba un poquito, si lo mío con Liam ya era una causa perdida siempre podía intentar algo con su amigo. Me sentía un poco mal por pensar así pero deduje que Louis, creo que se llamaba, no sabía nada de mi relación con Payne.
- Oye, si quieres después, te puedo invitar a un helado o algo..
- ¿Un helado? No tenemos cinco años Lou, por que no hacemos algo más... ¿prohibido?
Me miró con una mirada pícara, por muy dulce que fuera, era un hombre, y pensaba como tal, es decir con el celebro en la entrepierna.
- No pienses mal, machote, que tal... ¿un paseo en moto por la playa?
- No se conducir una moto.
- Pero yo si mi amor.
Una vez más un tono rojizo hizo su aparición en sus mejillas pero esta vez parecía más seguro, sus apasionados ojos brillaban con expectación. Decidí aprovechar mis armas de mujer para tenerlo en la red acercándome a el y dándole un beso en la comisura de los labios. Suspiré y me fui a poner el mono de carreras antes de que Daniel me llamara de nuevo para subir al coche.
Salí con mi mono rojo y una gorra colocada estratégicamente para que mis ojos hicieran contacto con los chicos que se disponían al lado de sus coches. Correríamos una carrera los cinco chicos de one direction, Daniel y yo. Eso se ponía interesante por minutos. Dirigí mi mirada a los sexys y fulgurantes cuerpos de todos los hombres presentes, que traían un mono puesto que marcaba sus músculos. Me detuve en uno moreno de cabello alborotado y pendientes, creo que era Zayn, el cual lucía precioso, pero con el que más tiempo dediqué fue con Liam. Su mirada se encendió al verme al igual que la mía. También llevaba puesto el mono rojo haciendo que el simple echo de compartir el color ya me emocionaba. Me dediqué a morderme el labio inferior, sabía que eso era una arma de seducción que solía utilizar pero en mi defensa debo remarcar que el me tentó a hacerlo.
- Vaya, que chica más guapa, ¿como te llamas nena?
- Natalia, nene.
El integrante de cabello rizado me miraba con unos ojos dilatados, mostrándome un color verde coral/azul que enamoraban. A su lado no se quedaba corto el chico rubio, que con esos oyuelos al sonreír me hacían querer agarrarlo para no soltarlo nunca. Esos chicos eran odiosamente atractivos, y eso no me ayudaba a centrarme en la carrera. Louis me miró detenidamente mientras yo le guiñaba un ojo. Que mono que era. Daniel seguía allí pasmado observando la escena con unas ganas eufóricas de empezar la carrera. No tardé más de lo debido al ponerme el casco y al sentarme en mi coche por que distraje mi atención de esos cuerpos perfectamente esculpidos tarareando la canción de Bruno Mars “Marry you” que al menos me servía para alejar los sentimientos obscenos.
Ahora nos encontrábamos todos en la parrilla de salida, esperando la luz verde del semáforo que nos indicaba la salida. Tenía ganas de sentir el aire azotándome y haciénndome sentir la velocidad en el pulso del corazón quería sin dudas ganar a Liam en algo, ya que en eso del amor el era el triunfador por encima de mi.
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