Dejé que nuestros labios, siguieran unidos durante un tiempo, en el que nos movíamos al unísono, mientras sus rojizos y acolchados labios besaban tiernamente los míos, mientras nuestras lenguas jugaban al ritmo de la música... pero como dice Nelly Furtado “All good things come to an end” y el beso se terminó más rápido de lo que yo quise. Una chica de pelo castaño cobrizo, alta y esbelta, vestida en sus mejores galas lo llamó. Él se limitó a darme un suave beso de despedida en los labios dejándome con ganas de más.
- Piensa en mi, mientras que yo pensaré en ti...
No lo dudes tío, pensé interiormente... y así me quedé yo, de pie, las tantas de la madrugada en medio de un parque, confusa y desconcertada, eso si... muy feliz. Pasé delicadamente mi dedo índice por encima de mis labios, hinchados por esos besos febriles que me había dado Harry. Siempre me pregunté que se sentiría al ser besada apasionadamente por tu ídolo, y más aún si es uno como Styles... ahora ya lo sabía, y no era otra cosa que felicidad, gozo y alegría. Sin pensarlo dos veces, cogí mi guitarra y me fui derechita hacia mi casa. Ahora si que ya no sabía que hacer ni con Zayn ni con Harry. Estaba claro que yo quería a Harry, al menos eso era lo que me gritaba mi cabeza y mi corazón, que necesitaba más de él... pero por otra parte, deseaba seguir conociendo al chico dulce que tanto cariño y amor había demostrado por mi. Me dediqué a ponerme los auriculares a escuchar música a un volumen considerablemente fuerte para no tener que oír mis pensamientos. Tanto me sirvió eso que al poco rato volvía a estar profundamente dormida. Por la mañana, mi padre me levantó temprano, estaba despejada y feliz, ya solucionaría todos mis problemas amorosos luego, por el momento me dedicaría a pasar la mañana de compras con mi padre. Pasé un tiempo agradable con él, en el que aproveché para renovar mi vestuario. Me compré cosas realmente bonitas y en el momento de probármelas no hacía más que pensar si Harry me vería atractiva de esa forma.
Al llegar a mi casa, ya casi era la hora del almuerzo, y me encontré con un mensaje agradable:
“¿Te gustaría venir a comer con nosotros? Muero por verte... te quiero XX”
Instintivamente sonreí como una tonta, pero el mensaje no estaba escrito por el chiquillo de pelo rizado al que deseaba sentir cerca, era de Zayn. Ya ni me acordaba que tenían algo, no sabía que era exactamente, pero había un “nosotros”. Igual estaba feliz, de poder volver a pasar rato con mis ídolos, pero ya iba siendo hora de pensar que haría con ese triángulo amoroso que se había formado. Era hora de decidir si escoger a Harry o a Zayn.
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