"I can be your superman", capítulo 3

Corrí, y corrí. Pensé y pensé. Por mi mente todavía rondaba el tema de Liam. Me pasé todo el día igual, aunque me estaba irritando por hacerlo. Mi corazón dominaba a mi mente. Ani se había molestado conmigo, ¿que se suponía que tenía que hacer yo? No iba  a ir a verlo. Eso me destruiría por completo. Eso me haría volver al punto en el que mi corazón roto seguiría haciéndome sufrir. Yo ahora estaba con Pol, y era feliz, o eso creo. Además, según las revistas del corazón el tenía una novia bailarina de X factor, una chica mayor que yo, más bonita, más simpática, más interesante... Al salir de clases se me acercó y me habló, la miré y la abracé. Ella era para mi la persona más grande, la que más me entendía. No podía estar enfadada con ella, eso no se me podía ni cruzar por la mente. 

• Lo siento mi vida, no pensé en lo que te producía recordarlo, ¿nos vemos después de la firma no? hay una fiesta en la disco “99”... ¡party hard!
• Sí tía, tranquila... te quiero mucho, aunque no se, ya se que debería pasar de él y todo pero no puedo... estaba enamorada...
• Ajá, lo se... ¡pero lo superaremos juntas!

Oí a alguien silbar, llamando mi atención, me giré lentamente hasta encontrarme con su mirada verde profunda, estaba apoyado levemente sobre su coche con esa habitual sonrisa, yo también sonreí, aunque era una sonrisa bastante forzada, como si la hubieran pegado en mi cara con pegamento. Cuando no sentía fuerzas para poder seguir adelante con todo siempre llegaba él para hacerme sacar una sonrisa. Me acerqué a él y lo bese. Como siempre, perdí la noción del tiempo en sus brazos.

La semana pasó lentamente, fui al instituto todos los días y llegó el viernes, cada vez me sentía más nerviosa, ¿seria por que Liam volvería a la ciudad? no, no podía ser eso por mucho que lo parecía. Me fui al cine con Pol y después a comprar un vestido para la noche siguiente con Ani. Me compré un vestido negro, ceñido, que resaltaba las curvas, quería estar perfecta. La noche llegó pero no salí, Ani vino a dormir a mi casa, nos reservábamos para el día siguiente. Nos dedicamos a poner una película, y a pasar la noche tranquilamente charlando y riendo. Nos levantamos tarde, tan tarde que ya empalmábamos el desayuno con la comida. Estaba despierta y lista para afrontar ese día tan difícil que se me echaba encima. Decidí que no saldría de casa hasta que llegara la noche. No quería tener incidentes o encuentros no programados con Payne. Ani se fue muy feliz con nuestro demás círculo de amigas, las directioners que se morían por verlos. Ella seguía queriéndolo como a un hermano y se le notaba. Suspiré. Mientras buscaba alguna forma de poder pasar la tarde yo sola en casa, mi teléfono empezó a vibrar encima de la mesa de mi cuarto. Era Pol, me limité a dejarlo vibrar. Después de ignorarlo, volvió a vibrar de nuevo. No lo aguantaba así que respondí secamente.

• ¿Que quieres Pol?
• ¿Naty? ¿que te pasa princesa? llevas todo el día desaparecida, y no me contestas... ¿que tal si te voy a buscar y nos vamos de paseo?
• No me apetece salir... pero gracias igualmente... te quiero- suspiré y colgué.

Era muy difícil mantenerme encerrada en casa. Miré la hora en mi reloj, las 16:30, justo la hora en la que one direction estaba en el centro comercial para todas sus fans. “Si me acercó y los veo desde fuera no va a pasar nada ¿no?” Lo sé, estaba loca, iba a ir a verlo, iba a dejar que su imagen y los recuerdos invadieran de nuevo mi mente y me nublaran los sentimientos. Pero un pequeño acercamiento no me haría nada, mejor dicho... lo necesitaba. Salí sin ni siquiera mirarme al espejo. A paso ligero me desplacé hacia el centro comercial. Estaba decidida. Iba a verlo, quería sentirlo cerca, quería que rescatara mis emociones. Aunque era la peor idea de mi vida, sentía que era lo único que me haría feliz.